Nombre original: Cognitive Training Improves Sleep Quality and Cognitive Function among Older Adults with Insomnia.
El entrenamiento cognitivo mejora la calidad del sueño y la función cognitiva en adultos mayores con insomnio
Publicación científica sobre la mejora de la calidad del sueño a través de entrenamiento cognitivo
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Autores: Iris Haimov1, Evelyn Shatil1,2.
- 1. Department of Psychology and the Center for Psychobiological Research, Yezreel Academic College, Emek Yezreel, Israel.
- 2. CogniFit Inc., New York, New York, United States of America.
Revista: PloS ONE (2013), vol. 8 (4): 1-17.
Cita este artículo (formato APA):
- Haimov, I., Shatil, E. (2013). Cognitive Training Improves Sleep Quality and Cognitive Function among Older Adults with Insomnia. PLoS ONE, 8 (4), 1-17.
Conclusión del estudio
El entrenamiento cognitivo personalizado de CogniFit ha conseguido mejorar la calidad del sueño y la función cognitiva de adultos mayores con insomnio a través de 20-30 minutos diarios, tres días no consecutivos a la semana, durante 8 semanas. Tiempo para dormirse: de 38.42±40.58 a 24.76±32.32 minutos (p=.001); Eficiencia del sueño: de 73.54±12.56 a 80.28±13.78% (p=.001); Tiempo total de sueño: de 296.37±78.07 a 310.44±72.96 minutos; Despertares: de 72.06±40.89 a 58.89±45.13minutos (p=.05); Número de despertares: de 10.65±4.38 a 9.04±5.9 (p=.05).Memoria: F=15.65±1.35 (p=.001); Memoria visual: F=14.03±1.35 (p=.001); Memoria de trabajo: F=13.92±1.35) (p=.001)
Resumen del estudio
Dada la alta incidencia del insomnio en personas mayores, este estudio pretendía conocer los efectos del entrenamiento cognitivo computerizado en la calidad del sueño y en el estado cognitivo de esta población.
Un total de 51 adultos mayores, de entre 65 u 85 años, fueron divididos aleatoriamente en el grupo experimental (que realizaron entrenamiento cognitivo) y en el grupo control (que no lo realizaron). El grupo experimental llevó a cabo el entrenamiento cognitivo personalizado de CogniFit durante 8 semanas desde sus respectivas casas, usando su propio ordenador. El grupo control, en cambio, realizó durante 8 semanas un programa de actividades computarizadas que no implicaban funcionamiento cognitivo de alto nivel. El estado cognitivo de estos participantes fue medido con CogniFit antes y después del entrenamiento. Además, también se hizo un seguimiento del estado del sueño durante una semana antes y después. Se tuvieron en cuenta diferentes resultados:
- Calidad de sueño: Tiempo que la persona tardaba en dormirse y el porcentaje del tiempo que permanecía dormido (eficiencia del sueño).
- Estado cognitivo: Capacidad para evitar distracciones, memoria de trabajo, memoria visual, memoria general y denominación.
Los análisis estadísticos señalaron algunos datos de interés:
- Un mejor escaneo visual está relacionado con un inicio más temprano del sueño.
- Una mejor denominación se relaciona con un menor número de despertares tras haber iniciado el sueño.
- Una mayor capacidad para evitar distracciones se relacionaba con un aumento de la duración del sueño.
- El grupo control mostró que una peor memoria de trabajo se asocia con un aumento en el tiempo necesario para quedarse dormido.
De los resultados obtenidos se extrae que los nuevos aprendizajes son esenciales a la hora de iniciar y mantener el sueño en lo ancianos con insomnio. El entrenamiento cognitivo personalizado de CogniFit puede ayudar a crear el tipo de aprendizaje necesario para provocar mejoras en el sueño y estado cognitivo.
Contexto
Entre un 20 y un 50% de los ancianos sufren insomnio, siendo más común en las mujeres que en los hombres. Este trastorno está relacionado con cambios en la arquitectura del sueño (menor tiempo en sueño de ondas lentas, menor tiempo en sueño REM, una menor amplitud de la onda delta, una disminución de la actividad, de la densidad del sueño REM y de los husos o spindles). Esto deriva en un sueño fragmentado, repleto de despertares, una mayor dificultad para conciliar el sueño. Las causas de este tipo de insomnio pueden ser variadas. No obstante, el tratamiento más común para este trastorno es el farmacológico.
Con la edad, a parte de problemas del sueño, suele aparecer algún grado de deterioro cognitivo, que puede afectar a la velocidad de procesamiento, a la percepción, al funcionamiento ejecutivo, a la concentración, a la atención, a la inhibición y a la memoria. Los ancianos con insomnio tienden a presentar patrones de deterioro mayores que aquellos que no tienen problemas de sueño, como problemas de memoria episódica, distractibilidad, etc. Afortunadamente, se ha visto que las personas con insomnio se pueden beneficiar de algunas actividades, como:
- Entrenamiento cognitivo dirigido a rehabilitar las capacidades cognitivas.
- Adquisición de nuevos aprendizajes visuales y verbales.
Por otra parte, las evidencias de los últimos años han señalado que el sueño es necesario para la consolidación de la memoria. Esto es debido a que el sueño favorece la plasticidad sináptica, promueve los procesos de aprendizaje procedimental, facilita la consolidación de la memoria declarativa, es importante para procesar los recuerdos emocionales y tiene un papel crucial para la adquisición de nuevos recuerdos. En el sentido opuesto, se ha observado que la adquisición de nuevos aprendizajes tiene efectos positivos en la arquitectura del sueño. Tras el aprendizaje, aumenta la proporción de sueño REM, aumentan los movimientos oculares rápidos durante esta fase, la actividad de ondas lentas, aumenta la duración de la Fase 2 del sueño, así como el número y la densidad de husos del sueño (spindles).
Con todo esto, es razonable suponer que el nuevo aprendizaje derivado de un entrenamiento cognitivo adecuado puede ayudar a:
- Cambiar la arquitectura del sueño.
- Mejorar la calidad del sueño.
- Mejorar el estado cognitivo.
Metodología
Diseño del estudio
Se realizó un ensayo clínico controlado aleatorizado de 11 semanas en personas mayores independientes con insomnio a través de un diseño de dos grupos: intervención con CogniFit (grupo experimental) e intervención inespecífica (grupo control).
Se realizó una medición del estado cognitivo de los participantes antes de empezar el entrenamiento y otra al acabarlo. Para ello, se emplearon las Baterías de Evaluación de CogniFit. Un asistente de la investigación acudió a la casa de los participantes para realizar el registro en la plataforma de CogniFit. Los asistentes llamaron cada dos semanas a los participantes para favorecer la adherencia a la intervención.
Participantes
Se contactó con los participantes a través de anuncios y charlas en centros de tercera edad. Todos ellos eran personas mayores se quejaban de problemas a la hora de iniciar o mantener el sueño al menos tres noches a la semana. También debían tener una mala calidad del sueño desde, por lo menos, seis meses atrás. Se excluyó a aquellos pacientes que tuviesen una puntuación <26 en el MMSE (Mini-mental state examination), una puntuación >40 en el ZSDS (Zung Self-rating Depression Scale) y una puntuación >60 en un pequeño cuestionario de ansiedad. También fueron excluidos del estudio aquellos pacientes con problemas significativos en la vista o en la audición, enfermedades médicas o neurológicas relevantes, aquellas personas con alcoholismo u otros problemas de sustancias, trastornos psiquiátricos, apnea del sueño, síndrome de movimientos periódicos de las piernas y aquellos que usaban medicamentos que afectasen al sistema nervioso central (salvo aquellos usados para dormir).
Intervención en el grupo control
El grupo control recibió un programa de entrenamiento de 8 semanas que, a diferencia de CogniFit, no entrenaba ninguna capacidad cognitiva en concreto, no se adaptaba a la ejecución de los participantes y no daba ningún tipo de feedback. Tan sólo tenían que hacer unas sencillas tareas computarizadas de lectura y pintura.
Variables medidas
A través de CogniFit se evaluaron 17 habilidades cognitivas. Además, mediante un dispositivo colocado en la mueca de los participantes, también se midió:
- Tiempo total de sueño: Tiempo desde que se acostaban hasta que se levantaban.
- Latencia de inicio del sueño: Tiempo que tardaban en quedarse dormidos desde que se acostaban.
- Eficiencia del sueño: Porcentaje del tiempo de sueño con respecto al tiempo empleado en la cama.
- Tiempo de vigilia desde el inicio del sueño: Tiempo de vigilia tras quedarse dormidos inicialmente.
- Número de despertares: Veces que se despertaban desde que se quedaban dormidos inicialmente.
Análisis
Se empleó el SPSS 19 para realizar los análisis. Para evaluar las diferencias de las cinco variables de sueño y las diferentes capacidad cognitivas entre ambos grupos, se utilizaron modelos de efectos mixtos para medidas repetidas, con un modelo para cada variable. También se calcularon las correlaciones del momento de Pearson y un análisis de regresión jerárquica para ver si había una relación entre las mejoras cognitivas y las mejoras en la calidad del sueño.
Resultados y conclusiones
Se detectó una correlación entre la capacidad de denominación del grupo experimental y la eficiencia del sueño, el tiempo de vigilia desde el inicio del sueño y el número de despertares. El tiempo total de sueño correlacionaba con la capacidad de evitar distracciones. Por otra parte, también había una correlación significativa en la latencia del inicio del sueño y el escaneo visual. En el caso del grupo control, se detectó una correlación negativa entre el tiempo que tardaban en quedarse dormidos y la memoria de trabajo, la memoria visual y la memoria en general. El resto de las capacidades cognitivas no mostraron ninguna correlación significativa con los parámetros de sueño.
En definitiva, se puede extraer que el entrenamiento cognitivo de CogniFit puede mejorar el inicio y el mantenimiento del sueño, además de las capacidades cognitivas. Este tipo de terapia puede ser una alternativa o un buen complemento a los actuales tratamientos farmacológicos para tratar el insomnio.